Retrato de la familia de Juan Carlos I: La magia de Antonio López

Antonio Lopez es uno de mis artistas favoritos de todos los tiempos!

El hiperrealismo siempre me ha fascinado sobre manera. El Tranpantojismo de su obra sumado a esa aura de magia y misterio que entraña toda su obra lo convierte en un artista exquisito!

La gracia del artista del Tomelloso reside, bajo mi punto de vista, en convertir cada una de sus piezas en un proceso largo e incluso tedioso, en el que el modo de captar la luz, la bruma, el frio y los halos humanos son el eje principal del arte que entrañan.

Las panorámicas sobre Madrid, las series de la Castellana o incluso el costumbrismo de sus cuadros (nevera, bañera), son la marca de la casa. Una obra de un artista casi independiente que aunque usa un lenguaje pictórico reconocible lo hace de un modo distinto al habitual, centrándose más en las metodologías informalistas o abstractas. La obra de López juega en otra liga que nada tiene que ver con la americana, con las obras de  Harper, Steinberg o el maravilloso Chuck Close!

EncargadO en el año 1994, López SOLO ha tardado 20 años en finiquitar el retrato familiar. Ni mucho ni poco, porque como bien dice el propio artista, "Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades."  
Suponemos pues, que 20 años después, el Premio Principie de Asturias de las artes (1985) se cansó de retocar luces, reflejos, expresiones y texturas y dio por concluida una obra que, a nivel objetivo considero, entraña un gran valor artístico pero que a nivel mediatico, tiene mucha tela!


Para empezar, la retratística de la monarquía siempre ha sido un tema de los más recurrentes en la historia del arte, obviamente.
No es de extrañar que aun hoy sea una práctica en uso y disfrute dado que aun hoy seguimos escribiendo la historia. Es de comprender pues que se escojan artistas más o menos agradables en sus prácticas para seguir perpetuando a los jefes de estado del país.
Desde el siglo XV son ciento catorce los retratos de reyes y reinas en sus cortes, retratos que servían de memoria familiar pero también para mostrar su aspecto ante posibles ofertas de matrimonio o informar a los parientes que vivían lejos del nacimiento de nuevos miembros. De Velazquez a Goya pasando por Rubens, Sorolla o Madrazo. Los grandes artistas de la pintura española siempre han sido los escogidos para retratar a los Austrias o Borbones y en este caso, López no ha sido ninguna excepción ya que su carrera artística bien abala su genio!

Para José Luis Díez, director de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, 'La familia de Juan Carlos I' es "el colofón de la tradición que los retratos de familia siempre han tenido y que están caracterizados por la contención y la sobriedad. La dificultad (en el retrato de  Antonio López) está en dar presencia y representatividad y, a la vez, mostrar la proximidad que ha caracterizado a la familia real".


Vale, postureo puro y duro. Para mí, la gracia de esta composición reside en ese regusto demodé tan noventero!
Las hombreras que lleva la Infanta corrupta, el pelazo moreno del actual Rey o el estampado floral (muy Kenzo) del traje de Doña Sofi (y esa altura de falda, en la que se ven solo los tobillos… la delgada línea roja entre ser rectada y una hortera)

Yo aquí no veo un rey campechano, aquí veo una familia retratada a través de una foto que tiene 20 añazos. Es meritorio para el artista porque siempre ha pintado al natural, pero más allá de eso y de la envergadura de la obra (3 x 3.39 m), es un retrato histórico familiar, realizado con una maestría impecable, que desvela sobre sus protagonistas exactamente lo mismo que el retrato de Isabel la Católica hecho por don Juan de Flandes… NADA !

Para los que este tipo de encargos os ponen nerviositos, sabed que el cuadro ha costado 50 millones de pesetas. A los que os escandalice que haya tardado 20 años en hacerlo, recordad "Es imposible presionar a un artista"

La obra vio la luz ayer día 4 de diciembre de 2014 inaugurando la exposición El retrato en las colecciones reales. De Juan de Flandes a Antonio López, que se podrá ver hasta el 19 de Abril en el Palacio Real de Madrid.
Y por lo visto ya hadado mucho de sí, tanto que hay quien ya la ha analizado sobre manera como por ejemplo el escritor Manuel Vicent, que anda metido en una novela inspirada por el retrato en cuestión, y que ofrecía una lectura “psicológica del cuadro”.

“Fíjese en la distancia que hay entre la Reina y Felipe, es como si se quisiera remarcar la separación entre el futuro del nuevo Rey y el pasado de esta familia. Es significativo también que Juan Carlos pose la mano derecha sobre el hombro de la infanta Elena, y simplemente acerque la izquierda a su mujer en un gesto como de ayudar a la marcha. Y luego está claro que Cristina, que fue cambiada de un extremo a otro, queda apartada del núcleo central”, explicó el escritor.

En cualquier caso, solo me queda apuntillar que la Casa Real hizo bien en encargárselo a Antonio Lopez. Sobre todo después de ver el terrorífico retrato de la familia Real Danesa realizado por Thomas Kluge. 




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